CHINA: Estrategia de Bienes Públicos Globales y la Seguridad Internacional
febrero 14, 2022 - by Redacción Geopolítica, Política Exterior, Revolución digital, Seguridad
Les compartimos la versión transcrita del episodio de #LightningTalkSeries2021 con el Dr. Eduardo Tzili-Apango, Dr. en Ciencias Políticas y Sociales con especialidad en Relaciones Internacionales por la UNAM, con la maestría en estudios de Asia y África con especialidad en China, quien nos comparte la estrategia de bienes públicos globales que China ofrece al mundo y la relación que tiene con la seguridad internacional.
J: Sean todos bienvenidos y bienvenidas a esta nueva edición de LTS2021 del IDI.
Antes de comenzar, quisiera mencionar que, si bien el propósito de esta serie de conversaciones es ser muy ágiles y explícitas sobre temas profundos con implicaciones para México y el mundo en los ámbitos de la seguridad nacional, internacional y la geopolítica, también estamos abordando distintas regiones. En esta ocasión, tenemos precisamente como invitado al Dr. Eduardo Tzili-Apango quien es catedrático e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana y también dirige el grupo de estudios sobre EURASIA GESE.
El Dr. Eduardo Tzili-Apango es Dr. en Ciencias Políticas y Sociales con especialidad en Relaciones Internacionales por la UNAM, cuenta con la maestría en estudios de Asia y África con especialidad en China, por el Colegio de México y es Licenciado en Relaciones Internacionales por la BUAP, ha fungido como consultante para la Comisión Económica para las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe y para el Departamento Internacional del Partido Comunista de China sobre relaciones China – América Latina. Su publicación más reciente es “Advancing Autonomy Chinese Influence on Regional Governance in Latin America”, publicado en el 2020 en co-autoría con Thomas Legler y Mariano Turzi, y publicado por Palgrave Macmillan.
Es un gusto y un placer recibirlo en esta conversación, bienvenido Dr.
Dr.: Muchas gracias Jonathan y muchas gracias al IDI por esta iniciativa de LTS2021, es muy importante ofrecer estos espacios de diálogo para reflexionar sobre diversos temas. En esta ocasión me gustaría compartir un tema que he estado trabajando y que tiene que ver con la seguridad internacional, particularmente la estrategia de contribución por parte de China a los bienes públicos globales y a la seguridad internacional.
Y aquí me gustaría lanzar esta pregunta: ¿por qué reflexionar sobre la provisión de bienes públicos globales por parte de China?
Rápidamente me gustaría definir qué son los bienes públicos globales: son productos, mercancías, cuyas características son que no producen rivalidad en su consumo y no producen exclusividad en su consumo, es decir, si alguien consume el bien no se agota para alguien más que quiera consumir el mismo bien. Ahora, ¿por qué se le denomina “bien público”? porque tiene un paralelismo con los bienes privados que produce el mercado, la iniciativa privada, sin embargo, el detalle con los bienes públicos es precisamente que la iniciativa privada no se anima a producirlos porque los costos de producción superan a los beneficios, por sus mismas características de no producir rivalidad ni exclusividad, debe ser un bien que no se deba pagar por su consumo. El ejemplo más común de un bien público son los semáforos, ¿qué empresa privada se animaría a colocarlos, mantenerlos, etc?. En el caso de los bienes públicos globales además de esas características, son transfronterizos e idealmente abarcan a la mayoría o a un gran número de países y son intergeneracionales, eso quiere decir que idealmente abarcaría a varias generaciones. Me gustaría destacar que, a diferencia de los bienes públicos nacionales, los bienes públicos globales tienen el problema de que no hay un gobierno mundial que los suministre. En teoría, derivado de las finanzas públicas los bienes públicos nacionales los provee el gobierno, pero a nivel mundial la provisión de los bienes públicos globales puede recaer en dos mecanismos, dos distintos procesos, el hegemón que provee bienes públicos porque tiene las mayores capacidades, o la cooperación.
¿Cómo podrían ser los bienes públicos? En el caso que nos compete hoy, la seguridad, se relaciona la provisión del bien público global de la seguridad por medio de la participación en esfuerzos internacionales que velen por el cuidado de la paz y de la seguridad, por ejemplo, el despliegue de tropas en el marco de las misiones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas.
En el caso de China, me gustaría destacar que es importante estudiar la participación de China en esta dinámica de provisión del bien público global en general y del bien público global de seguridad en particular, porque China ha pasado de ser un actor o un agente internacional marginado de toda esta dinámica ya que la provisión de los bienes públicos se da en el marco del orden mundial capitalista u orden mundial liberal, ya que son este complemento a los bienes privados para el correcto funcionamiento del mercado. Entonces cuando estaba la Guerra Fría, China estaba al margen de esta provisión y al contrario se podría considerar que China más bien fomentaba los malos públicos globales, ejemplo, la guerra contra Vietnam en 1979. Pero en la actualidad se puede observar una China mucho más proactiva que no solo busca proveer bienes públicos, sino que construye un discurso en donde se presenta como proveedora de bienes públicos, ejemplo, la diplomacia de las vacunas frente a la pandemia por COVID-19.
Rápidamente me gustaría también puntualizar ¿por qué es importante estudiar o hablar sobre la provisión de China de bienes públicos globales y la seguridad internacional? Les comparto dos citas muy recientes que nos permiten responder esta pregunta. La primera es de la recién publicada Ley de Competencia Estratégica de 2021 por parte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos donde se identifica y se subraya la amenaza que representa China para los intereses de Estados Unidos en la región: “La República Popular de China tiene el objetivo de usar su creciente poder militar, en consonancia con otros instrumentos de su poder nacional, para desplazar a Estados Unidos en el Indo-Pacífico y establecer la hegemonía sobre la región.”
Y en esta otra cita de hoy en la mañana en el cuarto día de conferencias sobre educación de seguridad nacional, que es un esfuerzo que ha hecho el gobierno chino año con año, en la que se puntualiza la identificación de que “[…] fuerzas hostiles extranjeras están incrementando sus esfuerzos para promover una ‘revolución de colores’ para dañar la seguridad política de nuestro país”. Se publicó la ley que les acabo de mencionar y una semana después China de alguna manera responde advirtiendo que hay problemas a su seguridad, y no cualquier seguridad, su seguridad política, porque si ustedes leen la Ley de Competencia Estratégica 2021, uno de los actores que Estados Unidos identifica como amenaza es el Partido Comunista Chino y por eso ven vulnerada su seguridad política.
Esto que les acabo de mencionar es el último reflejo de una gran coyuntura que inició precisamente a raíz de la desintegración de la Unión Soviética en el 91. Me gustaría destacar que actualmente nos encontramos en un periodo que denomino como el umbral hegemónico, ¿qué significa eso?, significa precisamente este reacomodo de fuerzas geopolíticas, económicas, culturales incluso, que caracterizan el traspaso de la hegemonía en descenso y la hegemonía en ascenso. Algunos fenómenos que son característicos de este umbral hegemónico: la reacción de Estados Unidos a la presencia China, el lanzamiento de la iniciativa Franja de Ruta, el lanzamiento de la estrategia Indo-Pacífico y el choque de estos dos grandes proyectos. Estas citas que les acabo de mencionar caracterizan esto que les estoy mencionando, un umbral hegemónico donde la hegemonía en descenso que se torna conservadora y reactiva, lucha por mantener su supremacía, y la hegemonía en ascenso que se torna revolucionaria en un sentido de que quiere cambiar varias cuestiones, lucha por un espacio para tener voz y voto en la arena internacional.
Les comparto rápidamente el índice de poder mundial donde podemos observar los vaivenes del poder mundial. Es un conjunto de indicadores que apuesta por tratar de mesurar algo que es muy difícil mesurar que es el poder nacional de los estados o de los países.
Esa línea que va en constante ascenso es China, precisamente, que pasó de 1991 de considerarse una potencia regional en ciernes, un poco al margen del sistema mundo, pasó de tener 0.5, (considerando 0 = nada de poder y 1 = mayor poder posible) a tener en la actualidad poco más de 0.850. Esto quiere decir que del 91 al 2017 China ha tenido un incremento apabullante de poder.
Esta situación que he investigado y reflexionado me permite lanzar estas consideraciones a raíz, sobre todo, de lo que ha hecho China en términos de provisión del bien público de la seguridad internacional. China es un actor que provee bienes públicos globales cada vez más, cada vez más participa en estos mecanismos de cooperación internacional para proveer bienes públicos globales o de manera unilateral los provee, ¿por qué?, porque la provisión de estos bienes le brinda cierta autoridad pública y cierta legitimidad internacional. Esto sobre todo porque cuando fue esta política de People to Asia en 2011, formulada por la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton y apoyada por el entonces presidente Barack Obama. Ellos manejaban el discurso de que China era oportunista, alguien que disfruta de los beneficios de los bienes públicos, pero no contribuye para proveerlos. Y China quiere quitar esa imagen negativa, entonces procura construir cierta autoridad proveyendo bienes públicos en el marco de las instituciones internacionales.
Algo más que también puedo deducir o argumentar a raíz de esta breve investigación es que la provisión del bien público global de seguridad se da en el marco de estas tensiones internacionales a raíz de lo que ya les mencionaba sobre el umbral hegemónico, es decir, ¿quién provee mejor seguridad? y ¿por qué?, por ahí va a ser el choque. Ya se empezó a ver un poco con el asunto de la guerra comercial donde Huawei y los proveedores occidentales de software y de actividad del internet, ofrecen los mejores espacios que de alguna manera puede derivar en un elemento de seguridad, en este caso de ciberseguridad.
En la iniciativa Franja de Ruta, hasta el momento no se han visto elementos de seguridad, léase esta iniciativa como el último gran proyecto de corte geopolítico que China ofrece al mundo en calidad de bien público global. Estas tensiones internacionales a raíz del umbral hegemónico hacen que exista una proliferación de oferta sobre los bienes públicos globales, con lo cual al final el público mundial es el gran ganador por ser el consumidor.
Y también se observa un despliegue de capacidades de seguridad al margen de los bienes públicos globales por parte de China porque para China los marcos institucionales por medio de los cuales puede proveer bienes públicos globales resultan insuficientes o limitados. El caso, por ejemplo, es la situación de la llamada Gran Muralla China Digital que el gobierno chino ha emplazado para su propia seguridad y que ha hecho de manera paralela ciertas relaciones internacionales. Y otro ejemplo sería el de las capacidades espaciales que China ha desarrollado por su propia cuenta.
J: Gracias mi estimado Eduardo, te agradezco mucho la confianza de estar compartiéndonos este gran tema. Y yo quisiera lanzar un par de preguntas para ampliar y orientar la conversación a los temas que son del interés de nuestro público, sobre todo cuando hablamos de la relación de México con el mundo frente a estos fenómenos geopolíticos que estamos viviendo. Es una realidad innegable que China está cada vez más presente en el hemisferio occidental y que tiene una capacidad de despliegue también en países como México y en general América Latina. Desde tu punto de vista y sobre todo desde lo que tu conoces, has estudiado e investigado, ¿qué oportunidades se presentan para México en la cooperación con China? Y no solamente con China, sino con las empresas transnacionales originarias de China en los ámbitos tecnológicos. Y también, ¿qué repercusiones podrían haber? ya que otra realidad innegable es que tenemos de vecinos al norte a esa potencia que ha estado en contraposición con China, que son los Estados Unidos de América.
Dr.: Yo pienso que México tiene todas las oportunidades por la coyuntura. Debido a esto que les estoy mencionando sobre la necesidad de China de construirse una imagen que le provea legitimidad y la necesidad de Estados Unidos de mantener su papel, hacen que ellos ofrezcan muchas cosas que pueden ser aprovechadas, por ejemplo, inversión para la infraestructura, becas para educación superior, formación de capital humano. El problema en el aprovechamiento de este tipo de cosas no es tanto que haya repercusiones por irse con uno o con otro, porque las relaciones internacionales nos ofrecen ejemplos como el caso de Corea del Sur o de Vietnam, que son países que juegan con ambos actores, es decir, con China y con Estados Unidos, sacando provecho y limitando su compromiso. México puede hacer eso, pero el problema no es tanto que vayamos con uno o o con otro desde mi perspectiva, sino el problema es que no tenemos instituciones y mecanismos que nos permitan aprovechar ese tipo de cuestiones, además de cierta animadversión ya sea para acercarse a China o para enfrentarse a Estados Unidos, por ejemplo, la estructura de mercado productiva mexicana prioriza la propiedad privada, el libre comercio. Y China no opera así, y debido a que no opera así, no sabemos cómo lidiar con las grandes transnacionales chinas. Entonces lo único que hacemos es quejarnos en la organización mundial del comercio de que China no respeta las reglas. Hay que empezar a prepararnos para lidiar con esos gigantes, para saber qué podemos aprovechar de ellos.
J: Muchas gracias. Y tal vez, a partir de esto que comentas de cómo ha sido el trato que hemos tenido como país con China en los ámbitos comerciales, y que se deriva también de una escasa manera de conocer como y con quienes tratamos, yo quisiera preguntarte: los mexicanos y si habláramos por ejemplo tú y yo con tomadores de decisiones en el gobierno de México, con legisladores, ¿podríamos decirles con base en investigación y en hechos, que se puede confiar en China? en sus proveedores, este caso tecnológicos, por ejemplo.
Dr.: Yo pensaría que sí, porque la confianza al final se construye socialmente, es decir, nunca vamos a trascender ese punto de desconfianza si no empezamos a involucrarnos con el actor, en este caso con China. Entonces yo aprovecharía este espacio para invitar a involucrarnos cada vez más con China y no cada vez que se tenga que hacer en el marco de las relaciones que de por sí tenemos. Gran parte del esfuerzo, no solamente de los que nos dedicamos a estudiar China sino de los que nos dedicamos a estudiar el mundo, me parece que es traer ese conocimiento precisamente para que se reduzca esa animadversión. Yo pienso que sí se puede confiar, pero la confianza se construye a partir de la interacción y no a partir de patrones que uno tenga.
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